Aunque actualmente no veamos nada de especial en que un hospital esté limpio y se cumpla un estricto protocolo de higiene, hasta el siglo XIX gran parte de los numerosos fallecimientos que se daban en los centros médicos eran fruto de las infecciones, consecuencia de las pésimas condiciones de higiene. ¿Sabías que la responsable de dar un giro total a esta situación fue una mujer?
Así es. La creadora del sistema sanitario tal y como lo concebimos hoy en día, fue una mujer. En concreto una enfermera inglesa: Florence Nightingale. Nacida en 1820 en Florencia, Florence -que de ahí le viene el nombre- es considerada como la madre de la enfermería moderna y pionera en la concepción del modelo sanitario basado en la higiene y la organización efectiva de los recursos.

Explicado más claro: gracias a ella empezó a concebirse la importancia de que, durante su convalecencia, el enfermo estuviera bien acompañado y cuidado por expertos que complementasen la labor médica y la hicieran más efectiva. O lo que es lo mismo, creó la figura del enfermero, tal y como la concebimos hoy en día.
Florence Nightingale había nacido en el seno de una familia de clase media-alta y podría haber optado por tener un vida acomodada y sin demasiadas complicaciones. Sin embargo, optó, hace nada menos que 200 años, por implicarse por completo en la profesión en la que creía, solo por mejorar el trato a los enfermos y las condiciones de hospitalización.
Y es que, aunque fuese criada en el estilo de las familias pudientes de la época, su padre nunca quiso que ninguna de sus dos hijas recibiera una educación diferente a la de los hombres. Una idea bastante revolucionaria, si tenemos en cuenta que en aquel momento -principios del siglo XIX- las mujeres estaban destinadas a ser criadas o señoras, o bien optar por la vía de los hábitos. Así, ambas fueron instruidas en el estudio del italiano, latín, griego, filosofía, historia, literatura y matemáticas.
Florence Nightingale creó la figura del enfermero, tal y como la concebimos hoy en día.
Pero, ¿en qué hizo historia? Te damos los 4 motivos por los que Florence Nightingale debería ser una figura histórica de renombre, aunque su legado permanezca silenciado en la historia.
1. Persistió en su idea de convertirse en enfermera
En 1837, cuando Florence tenía 17 años, aseguró haber tenido “una llamada de Dios para hacer el bien”. Sin embargo, su intención nunca fue internar en un convento. Ella siempre tuvo muy claro que aquella llamada estaba orientada a su interés en trabajar como enfermera o educadora de pobres o delincuentes. Su familia no parecía estar muy contenta con la idea, ya que en aquel entonces las únicas que se dedicaban a ese tipo de oficios era las mujeres pobres o viudas sin recursos.

Al regreso de un viaje por Grecia y Egipto visitó el hospital luterano de Kaiserswerth, en Alemania, y, tras conocer el trabajo que allí realizaban las cuidadoras, decidió volver para aprender con ellas. Sus padres se opusieron tajantemente a esta idea. No solo no estaba nada de acuerdo en que su hija ejerciera como enfermera, sino que además, por la edad que ya tenía, era hora de concertar un buen matrimonio para ella. Florence Nightingale era joven, atractiva, inteligente y rica, de manera que concertar un buen matrimonio para ella no sería demasiado difícil.
A pesar de la oposición familiar, Florence regresó a Alemania, y a su vuelta a Londres en 1853, fue nombrada superintendente en un hospital de mujeres en Harley Street. Por fin cumplía su sueño de convertirse en enfermera.
2. Redujo drásticamente la mortalidad en el frente
Ese mismo año estallaba la guerra de Crimea, que enfrentó al Imperio ruso contra una alianza del Imperio otomano, Francia y Reino Unido. Las historias que llegaban a los diarios europeos eran de horror por las terribles condiciones de los hospitales del ejército británico.
Formó parte de la primera comitiva de mujeres que trabajaron en un conflicto bélico para el ejército británico.
En 1854, gracias a la amistad de Florence con Sidney Herbert, secretario de Estado de Guerra, logró ir la cabeza de un grupo de 38 enfermeras al hospital militar en Scutari, en Turquía. Fue la primera vez que se permitía a mujeres servir oficialmente en el ejército.
Cuando Florence llegó, el hospital de campaña era un descontrol y las condiciones higiénicas un auténtico desastre: era imposible ver el suelo porque estaba cubierto por heces. Inmediatamente, Florence Nightingale puso a sus enfermeras a limpiar el lugar y a asegurarse de que los soldados estuvieran alimentados y vestidos apropiadamente. También acabó con las camas compartidas, habilitó una lavandería, hizo alejar el vertedero y logró ventilar las salas y mejorar la alimentación de los enfermos. Por primera vez, las tropas regulares fueron tratadas con decencia y respeto.

Pronto empezó a ser conocida como la Dama de la lámpara, por la forma en la que iba cuidando a cada enfermo durante la noche, ayudada por una lámpara de aceite. Sin duda, sus dedicación en los cuidados es meritoria de halagos, pero la verdadera hazaña de esta pionera de la enfermería fue estipular un protocolo organizativo que marcó la senda de la enfermería moderna. Rápidamente consiguió que los hospitales de campaña de heridos redujesen del 42% al 2% la mortalidad asociada a las infecciones por la mala higiene, la falta de alimentación y el desabastecimiento.
3. Forzó reformas sanitarias en todos los centros hospitalarios
Con la guerra ya terminada, Nightingale regresó a Londres y lo primero que hizo fue solicitar audiencia con la Reina Victoria. Tenía que aprovechar lo aprendido para mejorar las condiciones sanitarias de los hospitales y profesionalizar la enfermería. Gracias a ella se iniciaron drásticas reformas higiénicas en los centros hospitalarios y comenzó a concebirse el trabajo de enfermera como un oficio que debía ser remunerado, oponiéndose tajantemente a que este trabajo lo hicieran las órdenes religiosas, como solía ocurrir en los países católicos.
Florence Nightingale redujo la mortalidad de los soldados en el frente del 42% al 2%.
También se expidió una Real Orden para establecer una investigación sobre los desastres de la guerra de Crimea y gracias al testimonio de Florence Nightingale se establecieron de forma obligatoria protocolos preventivos en el trato con los heridos y enfermos.
En 1860, Florence Nightingale abrió una escuela de entrenamiento de enfermeras en el hospital Saint Thomas, que hoy por hoy sigue existiendo bajo el nombre de la famosa Escuela Florence Nightingale de Enfermería y Comadronas. Su obra Notas sobre enfermería, qué es y qué no es, publicado en 1859 se considera el primer plan de estudios de enfermería.

4. Fue pionera de la epidemiología y la estadística
Por si no fuera suficiente, Florence era además una genia de las matemáticas y dominaba magistralmente la estadística. Meticulosa en su trabajo, recogía datos que después interpretaba en estadísticas donde podía comprobar y demostrar la eficacia de sus medidas. Fue esto lo que la llevó a introducir en los hospitales metodologías desconocidas en esa época, como la epidemiología y la estadística. Fue la primera mujer admitida en la Royal Statistical Society británica, aunque no consiguió que se abriera una cátedra de estadística en la Universidad de Oxford.
Además, fue una pionera en la presentación visual de datos y los gráficos estadísticos. Tanto que se le atribuye el desarrollo de una forma de gráfico circular hoy conocida como diagrama de área polar o diagrama de la rosa de Nightingale, equivalente a un histograma circular donde, por ejemplo, ilustró las causas de la mortalidad de los soldados en la Guerra de Crimea. En este vídeo se explica más sobre la creación de este diagrama por Nightingale:
Su trabajo continuó hasta los 90 años, cuando falleció, en 1910. Aunque hubiera podido, Florence Nightingale nunca vivió con lujos, sino que dedicó su vida entera por mejorar un sector en el que creía profundamente. Fue la primera mujer británica en recibir la Orden del Mérito de Reino Unido y la absoluta pionera en la reorganización funcional de los hospitales, concibiéndolos a la imagen de lo que conocemos hoy en día.
Ningún hospital del mundo sería igual sin los conocimientos y la experiencia que Florence aportó. Sin embargo, hoy en día sigue siendo una Mujer en la Sombra. Es hora de cambiar el paradigma. Comparte su historia.